El buen cuidado de tu cabello depende de muchos factores. Algunos de los más importantes son conocer sus características y necesidades. Sin embargo, existe uno que, muchas veces, suele pasar desapercibido: su porosidad.
Al conocer su porosidad, podemos determinar si el pelo es suave o crespo, así como su reacción a los productos que ocupamos en la rutina diaria.
¿Qué es la porosidad?
Lo primero que tienes que saber es que ésta es la capacidad que tiene el pelo de absorber y retener la hidratación que recibe, tanto de los aceites que produce el cuero cabelludo naturalmente como de los productos que ocupamos en el día a día.
Cada hebra de pelo está compuesta de una médula, córtex y cutícula. Esta última es la capa externa de cabello y la que determina el nivel de porosidad de cada persona, según el estado en que se encuentre: cerrada, abierta o normal.
De acuerdo con la composición de la cutícula, es que se clasifica la porosidad en tres categorías: baja, media y alta.
Por ejemplo, la porosidad baja (la que nos interesa de momento) se da en cutículas mucho más cerradas, por lo que dificulta la hidratación, aunque, una vez que un producto entra en este tipo de cabello, permanece por más tiempo.
Este tipo de pelo se caracteriza por lucir suave e hidratado por más tiempo que otros.
¿Cómo hidratara el pelo de porosidad baja?
Ahora que ya sabes qué es la porosidad y cómo funciona, puedes dejar de buscar cómo hidratar el cabello seco, ya que no es lo mismo y las necesidades para cada uno son muy diferentes.
En el caso del cabello con porosidad baja, tienes que utilizar productos de base acuosa y, por el contrario, evitar aquellos que sean demasiado pesados y contengan proteínas.
También es importante que revises los ingredientes de tu shampoo y acondicionador. Idealmente, deberías encontrar aceite de coco, de jojoba, de argán o manteca de karité dentro del listado de componentes.
Lava y aplica calor. Sí, esta es una de las reglas en las que la mayoría de los cabellos no debe caer, ya que el calor abre las cutículas de todo cabello.
Por esta misma razón, en aquellos con porosidad baja puede ser beneficioso lavar y aplicar calor una vez a la semana o cada quince días. Después, puedes aplicar una mascarilla o tratamiento hidratante para que éste penetre mejor y se mantenga en tu pelo durante más tiempo.